Origen

Los beneficiosos efectos fisiológicos de la radiofrecuencia/hipertermia están ampliamente estudiados y documentados desde 1891 por científicos, entre los que destacan Jacques-Arsène d´Arsonval y Nikola Tesla.

El siglo XIX presenció grandes avances en el campo de la electrotecnología, e incluso en las aplicaciones médicas de la electricidad y el magnetismo. A mediados de 1850, las investigaciones de las aplicaciones terapéuticas de la electricidad se estimularon de manera importante gracias a los avances en los conocimientos del electromagnetismo realizados por Faraday, Gauss y Ampère, entre otros.

D’Arsonval -médico fisiólogo- estudió los efectos fisiológicos de corrientes alternas producidas por campos electromagnéticos variantes en el tiempo, y eventualmente de campos de alta frecuencia incluyendo efectos como estimulación muscular, cambios de pulso, transpiración y estimulación nerviosa, así como la variación del estímulo aplicado con la frecuencia. También estudió los efectos de corrientes inducidas vía acoplamiento capacitivo o inductivo (denominado “autoconducción”).

D’Arsonval descubrió en 1892 que corrientes a frecuencias de 10 kHz o mayores producían una sensación de calentamiento sin las dolorosas contracciones musculares o fatales consecuencias en que se podía incurrir a frecuencias más bajas. Este fue el inicio de la hipertermia utilizando ondas electromagnéticas.
En 1899, los efectos del calentamiento producidos por campos electromagnéticos variantes en el tiempo y por corrientes de alta frecuencia, en materiales biológicos, fueron reconocidos y teorizados por fisiólogos.

Karl Franz Nagelschmidt comenzó a investigar los efectos del calentamiento a principios de 1900, e introdujo la siguiente teoría: al radiar material biológico con campos electromagnéticos, el calentamiento del mismo, surge de la oscilación molecular inducida por corrientes de alta frecuencia. Esto llevó a los médicos al uso de las ondas de radiofrecuencia para el calentamiento terapéutico del tejido enfermo.

El uso de energía electromagnética (EM) en lugar de fuentes de calentamiento externo para calentar al tejido, se volvió popular debido a que las corrientes de alta frecuencia pueden penetrar “profundamente” y producir calor en tejidos subcutáneos.

La palabra “diatermia” fue introducida por Nageischimidt en 1907 para describir el calor producido en el tejido: “Diatermia es la técnica utilizada para producir calentamiento terapéutico en el tejido por medio de la conversión de formas físicas de energía como ultrasonido, campos EM de onda corta y microondas en calor, después de ser transmitidas transcutáneamente, hacia áreas profundas de tejido afectado”.

La diatermia es usada clínicamente para tratar afecciones que normalmente responden al calor, pero que no pueden ser alcanzadas por el calentamiento superficial.

Antonin Gosset es reconocido como el primero en explorar los efectos biológicos de los campos de radiofrecuencia usando radiación de onda corta para destruir tumores. Posteriormente en 1926, Joseph Williams Schereschewsky comenzó a investigar tales efectos en animales.

Las primeras fuentes de diatermia eran generadores de baja frecuencia, grandes y ruidosos del tipo “spark gap”, los cuales requerían conexiones de electrodos directos al cuerpo para poder introducir suficiente densidad de corriente y lograr así el calentamiento terapéutico.
Estos generadores de diatermia del tipo spark gap, fueron populares hasta 1949 y eventualmente se prohibieron mediante un acuerdo internacional debido a las interferencias que éstos producían con los servicios de radiocomunicación.
Posteriormente, fueron reemplazados por generadores de tubos al vacío de alta frecuencia. A medida que la frecuencia se incrementaba, la longitud de onda se redujo hasta que se hizo comparable en tamaño con las dimensiones de los componentes que formaban al equipo, por lo cual algunos elementos del circuito no pudieron ser usados eficientemente.

En la Conferencia Internacional de Radio celebrada en 1947, se decidió asignar anchos de banda específicos para propósitos industriales, científicos y médicos (ISM). En el mismo año, la Federal Communications Comision (FCC) asignó tres frecuencias en crecimiento armónico para la diatermia de onda corta, las cuales fueron: 13.66 MHz, 27.33MHz y 40.98 MHz, con sus respectivos anchos de banda de 15 kHz, 320 kHz, y 40 kHz. Debido a que los generadores con mayor ancho de banda eran más fáciles de construir y menos costosos, los equipos de diatermia de 12 MHz rápidamente se volvieron populares, y para 1974 eran ampliamente utilizados.

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